Aug 14, 2008

PARA QUE NO SE REPITA



Un mes como hoy, pero hace cinco años, la CVR encabezada por el doctor Salomón Lerner Febres presentó el INFORME FINAL sobre las investigaciones y testimonios de peruanos que fueron víctimas de la insanía y el terror durante dos décadas. Es increible ver, como despuésd e cinco años, los gobiernos de turno le han dedicado tan poco espacio a un tema tan delicado y de crucial trascendencia para aquellos que- de alguna manera - fueron afectados durante estos años.

"ES que esas balas del olvido
son las más genocidas,
porque matan nuestra historia,
porque dejan huérfana nuestra memoria"

Considero vital que durante estos días hagamos memoria colectiva y recordemos algo que jamás debemos olvidar: la violencia solo engendra violencia.

Este es el objetivo de la web que les posteo: http://www.paraquenoserepita.org.pe,
visítenla y con la convicción que todo esto será PARA QUE NO SE REPITA.

Jan 17, 2008

PRESENTACIÓN




En un suplemento del diario La República, se publicó el artículo Libros de Guerra donde se comenta la aparición de diversas obras literarias ambientadas en los años de la guerra interna que azotó nuestro país recientemente. Es importante la cantidad y la calidad de los narradores que novelan sobre aquellos dramáticos tiempos de violencia política y terrorismo, sin embargo es notoria la ausencia de poetas que nos acerquen a ese contexto. Una de las excepciones es Henry Zapata Palomino, poeta de origen ayacuchano quien acaba de publicar su segundo poemario YUYAYKUNA: RECUERDOS DE AYACUCHO. Esta vez sus versos expresan los profundos sentimientos de los hombres y mujeres del Ande, de los que sufrieron en carne propia los infaustos años de guerra, terror y muerte en los ochenta y noventa. Zapata, hijo y nieto de ayacuchanos, se convierte en la voz de los que siguen sufriendo el abandono, la injusticia y el dolor; la voz de las principales víctimas de la guerra: los quechua-hablantes, los indígenas, muchas veces negados y olvidados por el Perú oficial. ARTURO GOMEZ ALARCÓN

Jan 13, 2008

RECUERDOS

Si tú quieres,
Contigo, yo miro hacia atrás
para que vuelvas a recordar
esas noches tristes y algo más.

Si quieres,
te seco la cara mi yana ñahuicha
chacchamos coca juntitos en cada tarde,
gritamos fuerte ¡te quiero mucho taytay!
¡te llevamos en nuestro corazón, papallay!.

Si tú quieres,
yo cojo mi charanguito para silbar con el viento,
llamamos a esa paisana que acompaña nuestros recuerdos para que acompase la lluvia de tus ojitos.

Lo que tú quieras, si me lo pides,
pero no me digas que tu memoria se acabó
y que ya no recuerdas
cómo cerraron sus ojos, nuestros viejitos.

Lo que tú quieras,
yo te consiento,
pero que olvides a nuestros muertos,
jamás.

DESEOS PROFANOS

Hoy, yo quisiera
jugar con tus cabellos,
llevarte entre mis hombros por las punas,
oler tu cuerpo de hierbas.

Hoy, yo quisiera
hacerte madre de mis alegrías,
madre de todas mis ironías,
madre de mis hijos
(de aquellos que nunca tuvimos).

Hoy, yo quisiera
acaso tenerte un solo instante
para irme contigo de este mundo
callado y sin testigos.

Hoy, yo quisiera muchas cosas,
pero hace tantos años que no te veo,
tantos años que esas manchas rojas
te arrancaron de mi sendero,
éste que hoy te aguarda
cubierto de soledad.

DANZANTE

Esta noche, ayacuchana,
me han impactado tus encantos,
tus movimientos, tus coqueteos.

Qué dulce sonrisa
brota de tus labios al bailar,
moviendo las polleras con tu brisa,
con esa brisa suave al zapatear.

Qué delicadas manos
moviéndose al compás del huayno
que entonan mis hermanos ayacuchanos.

Esta noche, ayacuchana,
te sufro con las risas, te sufro con los llantos
de los deseos más profanos.

Esta noche, ayacuchana,
te sufro porque aun siento el dolor
de todos los palos que cerraron los ojos, nuestros ojos,
los de mi pueblo, los de mi gente,
los ojos de mi ayacuchana, los ojos de mi soledad.

FORTUNATA

Si supieran que pena
siente ella en su corazón
cada vez que se acuerda
cómo murió su Nicanor.

¡Vamos perra!,le gritaban, ¡Vamos perra!,
y ella con esas tres wawitas alrededor
tuvo que levantar ese cuchillo de mierda
para abrirle el vientre a su desventurado amor.

Si supieran que pena
siente Fortunata en su corazón
cada noche cuando recuerda
que fue ella quien mató a su Nicanor.

Más pena aún para la infortunada
cuando recuerda que los milicos
le arrebataron el puñal
para matar a sus pequeñitos.

CECILIA CORONADO

Cecilia Coronado está sangrando,
sus manitos están sangrando
porque su tierra se ha callado,
porque a su Anccea la han volado.

Unos hombres con capucha
sus balas han soltado,
toda su ira la han llovido
sobre las casas, sobre los hombres.

Cecilia Coronado está corriendo,
con el cabello desordenado,
por todas las balas que le han silbado.

Ha cruzado el pueblo,
k’ala chaquicha lo ha pasado,
wañuy wañuycha pero ha vivido,
ha vivido para contarlo.

PESADILLA

Acabo de soñar con nuestra tierra,
desnuda, estéril, baldía,
agónica la furibunda fiera,
que antaño, al blanco rugía.

Acabo de soñarte, Ayacucho,
pisoteada por los hijos que partieron
al infierno buscando refugio,
que huyendo, huyendo, se perdieron.

Acabo de soñarte, Ayacucho
mancillada por los que dicen ser tu sangre,
pisoteando tu honor, tu serrano orgullo,
comiéndose, tragándose tu mano pobre.

Acabo de soñarte, Ayacucho,
con todos los muertos arrinconados
que debes cargar como vasallo
de todos los que aún no te han llorado.

Te acabo de soñar tierrita huérfana,
te acabo de soñar despierto,
y me siento como tú,
me siento muerto…

HAMBRE

Dame de comer hambre,
para satisfacer mis intestinos,
cargados de rencor.

Dame de beber de la miseria,
para saciar la sed de venganza
que contengo.

Dame de la servidumbre hecha mendrugo
para tragarlos con la saliva
de mis penas.

Pero, dame siquiera un pedacito
de tu mendiga cultura y entonces,
todo el hambre, toda la miseria y toda la servidumbre,
me darán la libertad.

CONSEJO AYACUCHANO

Silba, silbadorita,
con tu cañón de escopeta,
con esa tu pobre balita.

Revienta mi pecho serrano,
estrújalo con tu desdén,
pero no toques, no toques mi orgullo ayacuchano.

Consume toda tu ira maldita,
aplastándonos con tu felónica tanqueta,
si quieres, hasta dejar marchita nuestra existencia.

Nada más, no olvides, paisano,
de correr hasta donde las fuerzas te den
y así nuestra justiciera mano
no te cobre por todas las vidas que has callado.

Jan 12, 2008

LAS BALAS

Hay balas que matan,
que te parten el pecho en dos.

Hay balas cargadas con plomo,
que estallan en tu cara
apagando toda ilusión, toda esperanza.

Hay balas con casquete de plata
para matar al rico y con casquete de lata
para matar al pobre.

Pero también hay balas
cargadas con denso olvido
y son tan letales que hasta matan a un pueblo
y destruyen las mentes aún cuando su gente
siga andando.

Es que esas balas del olvido
son las más genocidas,
porque matan nuestra historia,
porque dejan huérfana nuestra memoria.

MUERTOS ARRINCONADOS

La patria, nuestra patria, ha recibido
el ansiado resultado de la vergonzosa verdad,
restregada en nuestro rostro silente, encaretado
y pidiendo clamorosa, salomónica reconciliación.

No hay guerra alguna, no hay parangón
que recuerde a sesenta y nueve mil almas
reventadas con un fusil rojo, con el verde olivo,
regadas como perros entre el campo y la ciudad.

Tantos nacionalismos compartidos,
sangres conjugadas en nuestras abruptas montañas,
miles de inocentes, pobres mal paridos
por una patria que desconocía su existencia.

Campesinos parias de nuestra sociedad
que se niega a otorgarles un mínimo de dignidad
a aquellos que detestaron esta existencia
y no les quedó ni el consuelo de un fúnebre sepulcro.

Cuantas tierras anegadas con sangre
de los hijos del sol que los cobijó hace mil años
y ayer los reventaron en plazas, en iglesias
violando su intimidad, ultrajando su existencia.

Asco debiera darle a esos caballeros barbados
que se desgarran las vestiduras vociferando
que las cifras mortales son inventos rojos,
que sólo buscan perjudicar a nuestras milicias.

Asco debiera darle a esos reyes afeminados
que vomitan injuriosas frases y lagrimando
para que el pueblo vea el dolor de sus ojos
y olvide sus argucias y políticas inmundas.

Es que ellos no tuvieron una Lucanamarca,
a ellos no les violaron a sus madres ni mujeres.
Ellos no tuvieron mil muertos arrinconados
ni hijos paridos con el deshonor de amores militares.

Es que ellos no vivieron en los Barrios Altos
ni estudiaron en las aulas de La Cantuta
para sentir cuando te arrancan las entrañas
por un maldito error ... error mortal.

Es que ellos no gozaron de la justicia sin templo
(acaso porque son de limeñísima procedencia),
es que ellos no gozaron de nuestras milicias sin honor
ni del gobierno que dirigió desde una colina sin leyes.

Nosotros si los tuvimos, nosotros si los lloramos,
cuando los encerraron, los mancillaron , los mataron,
cuando las violaron y sus hijos mal paridos
fueron reventados a patadas en la roca viva.

Nosotros si los tuvimos, nosotros si los lloramos,
y hoy sólo queremos que esta hipócrita sociedad
sea conciente de que el Perú es también de ellos
y se les recuerde porque ellos pagaron nuestra paz.

Si tú no los tuviste, no los llores,
pero tampoco esperes a que una Tarata te avise
que el infierno es de todos en algún momento
y entre esos muertos arrinconados, puedas estar tú.